Durante el segundo debate entre demócratas aspirantes a la Casa Blanca, los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren se proclamaron claros vencedores; así lo confirmaron medios estadunidenses.
La contienda se llevó a cabo este martes en Detroit, Michigan, de la que salió debilitado el excongresista Beto O’Rourke.
Sanders demostró ser uno de los candidatos más fuertes, al ser el que mejor logró exponer su mensaje en el escaso minuto de tiempo que la cadena CNN, responsable del debate, estableció por turno.
Un ejemplo fue cuando defendió su plan de sanidad pública «Medicare para todos»; el congresista Tim Ryan le acusó de no saber si esta opción ofrecería una mejor cobertura que los seguros privados, a lo que el senador por el estado de Vermont respondió en seco: “Claro que lo sé. ¡Yo escribí la maldita ley!».
Este fue uno de los momentos más compartido y comentado a través de las redes sociales, lo que en definitiva ayudó a Sanders a silenciar las voces de quienes consideran que por su edad, 77 años de edad, le faltaría energía para enfrentarse al presidente Donald Trump en las elecciones de noviembre de 2020.
En el mismo tono, la senadora Warren aprovechó cada oportunidad para corregir o contradecir a sus oponentes; además fortaleció su imagen al posicionarse como la aspirante con las ideas más claras y las propuestas más trabajadas.
Reiteró en su mensaje que “las clases altas deben hacer más por el país”, lo que significaría una oportunidad para financiar sus propuestas en educación, sanidad e igualdad social.
El excongresista John Delaney, quien representa al ala más moderada del partido, aprovechó para atacar a la senadora de Massachusetts, argumentando que sus propuestas eran irrealizables y asustarían a un gran número de votantes
De inmediato Warren le respondió: «No entiendo por qué alguien se toma la molestia de postularse para presidente de los Estados Unidos sólo para hablar sobre lo que realmente no podemos hacer y por lo que no debemos luchar”.
Estas palabras le valieron a la senadora una gran ovación, una de las pocas que se pudo escuchar durante la noche del debate.
La victoria de Sanders y Warren es significativa porque ambos son los dos grandes líderes del ala más progresista del partido. Mientras que sus correligionarios sólo se enfocan en intentar derribar sus propuestas con la esperanza de poder robarle votantes a Trump.
Sin embargo, por lo visto hasta ahora, parece que los moderados parecen incapaces de presentar una alternativa convincente para los votantes, un ejemplo es el excongresista Beto O’Rourke, que no logró transmitir esa ilusión que le hizo convertirse en la gran esperanza del partido cuando el año pasado estuvo a poco de ganar las elecciones a senador en Texas, considerado un bastión republicano.