Ya se acumulan 21 días de protestas ciudadanas en Nicaragua, con las que se logró derrumbar la reforma constitucional que buscaba modificar aspectos de la seguridad social, pero la lucha continúa.
Ayer los nicaragüenses volvieron a salir a las calles, exigiendo la renuncia del presidente Daniel Ortega y el fin de la represión, que ha dejado un saldo de 47 personas fallecidas.
Los choques no se han hecho esperar con los seguidores del presidente Ortega, por lo que se teme que continúen los muertos.
En tanto, está en suspenso el proceso de negociación entre el Gobierno y el sector empresarial, en donde el sector religioso cumplirá con el papel importante de mediar el conflicto.
Lo que se busca es eliminar las intenciones del Gobierno de aumentar las cuotas de trabajadores y empleadores para el seguro social, lo cual generó el presente conflicto.