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Tammie Jo Shults es el nombre de la piloto que pudo lograr un aterrizaje de emergencia en Filadelfia, luego de la explosión de uno de los motores y la consiguiente destrucción de una de las ventanillas del avión.
La maniobra fue extrema y la situación caótica, ya que el avión cayó de una altitud de 31 mil 684 pies a solo 10 mil pies, ¡en cerca de cinco minutos!, según datos del portal FlightRadar24.com.
Por si esto fuera poco, una mujer fue succionada por el hueco que quedó tras la destrucción de la ventanilla, siendo ayudada a permanecer dentro de la aeronave por pasajeros y sobrecargos, aunque desafortunadamente murió en un hospital horas después del aterrizaje.
A pesar de este panorama hostil, Tammie se mantuvo con “nervios de acero” han señalado varios pasajeros, lo cual se ha podido confirmar en las conversaciones entre la piloto y la torre de control del Aeropuerto de Filadelfia.
“Tenemos una parte de la aeronave desaparecida”, fue la primera comunicación que tuvo la experimentada piloto con las autoridades de tráfico aéreo.
“¿Podrían tener un equipo médico que nos recibiera también en la pista? Tenemos pasajeros heridos”, agregó con voz serena.
“Pasajeros heridos, ok. ¿Y está su avión físicamente en llamas?”, cuestionó la torre de control.
“No, no está en llamas”, respondió Tammie, “pero hay una parte desaparecida. Dicen que hay un hoyo y que alguien se salió”, continuando con una voz tan calmada que los empleados de tráfico aéreo no daban crédito a lo que escuchaban.
“Um, lo siento. ¿Dijiste que hay un hoyo y que alguien se salió? No importa, Southwest 1380, lo solucionaremos”, recibió como respuesta.
El comportamiento de la piloto fue el mismo dentro de la aeronave, se mantuvo controlada e intentó calmar a su tripulación y pasajeros.
Uno de ellos, Kristopher Johnson, señaló que un momento dado se escuchó una gran explosión y el avión tuvo un descenso estrepitoso, pero la piloto recobró el control y al poco tiempo informó que se dirigirían a Filadelfia.
Otro pasajero, Marty Martínez, relató que “todo fue increíblemente traumático, y finalmente cuando… nos detuvimos, por supuesto toda la multitud estaba en lágrimas y la gente lloraba y nosotros solo estábamos agradecidos por estar vivos”, dijo Martínez.
La pasajera Kathy Farnan indicó que “la piloto era una veterana de la Marina, tenía 32 años de servicio… una mujer. ¡Y fue muy buena!”.
Por su parte, la pasajera Amy Serafini reveló que tras el aterrizaje Tammie salió de su cabina y fue con los pasajeros para abrazarlos, buscando tranquilizarlos y saber si estaban bien.
El pasajero, Alfred Tumlinson, expresó que “ella tenía nervios de acero. Aplaudo a esa mujer. Voy a enviarle una tarjeta de Navidad con un certificado de regalo por traerme a tierra. Ella es asombrosa”.
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