El COVID-19 “vive” en la red de agua no potable de Roma y Milán, confirmaron autoridades italianas.
Esto, luego de detectar trazas genéticas del nuevo virus en dicha red, por lo que analizan el alcantarillado para detectar futuros brotes.
Pese a esto, el Instituto Superior de Sanidad (ISS) aseguró que esto no representa un riesgo para la salud de los italianos.
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¿Dónde encontraron el virus?
De acuerdo con el ISS, los restos del virus estarían presentes estas redes de descarga hídrica de Milán:
- Área Occidental.
- Área Centro-oriental.
- Zona Este de la capital.
¿Cómo que no afecta la salud?
Luca Lucentini, director del Departamento de Calidad del Agua del ISS, sostiene que su ciclo hídrico integrado “es ciertamente seguro”.
Esto, porque se trata de un proceso que conlleva a la potabilización de las aguas en el sistema de alcantarillado y de depuración.
¿Un aliado?
Expertos en salud consideran que este descubrimiento, de hecho, puede tener un impacto positivo en la lucha contra el virus.
Así lo afirmó la experta Giuseppina La Rosa, del Departamento de Medio Ambiente.
¿Por qué? Porque el agua de desecho de las ciudades sirve como espía del estado de salud de sus habitantes.
Entonces, sería posible apreciar de forma inmediata si la población está siendo infectada y en qué medida.
En resumen, analizando el agua no potable se puede:
- Trazar la circulación del virus.
- Detectar posibles repuntes.
- Detectar nuevos focos de infección.
De esta forma, el muestreo ayudaría a gestionar la reapertura gradual del país, misma que el país busca indicar a partir del 4 de mayo.
Esta estrategia es respaldada por Silvio Brusaferro, presidente del ISS, pues se trata de una estrategia que se utiliza con otros virus, como polio.