A 28 días del estallido social en Chile, el Congreso llegó a un acuerdo la madrugada de este viernes para convocar en abril de 2020 a un plebiscito por una nueva Constitución que sustituya la vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Después de horas de intensas negociaciones, las principales fuerzas políticas del país alcanzaron un histórico acuerdo con el propósito de definir el mecanismo para elaborar la nueva Constitución.
Los principales partidos de la oposición y la coalición de gobierno firmaron un «Acuerdo por paz y la nueva Constitución», en el que se comprometieron a convocar a un plebiscito en abril del próximo año.
La consulta popular contendrá dos preguntas: si se está de acuerdo con cambiar la Constitución y cuál deberá ser el método para redactar esta nueva Carta Magna, anunció el presidente del Senado, Jaime Quintana.
«El mensaje ha sido muy claro por parte de la ciudadanía. Esta es una victoria de todo el país y por lo tanto lo que hacemos acá es ponernos a la vanguardia de este nuevo contrato social. Ofrecemos una Constitución ciento por ciento democrática», agregó.
La consulta busca también definir el mecanismo para una nueva Carta Magna, que puede ser con una convención constituyente mixta -compuesta por una mitad de parlamentarios activos y mitad de nuevos delegados-; o con una convención totalmente nueva, similar a una asamblea constituyente.
Luego del plebiscito, si es que la ciudadanía se inclina por una convención constitucional, se deberán elegir a los integrantes de la delegación, a la par de la elecciones de alcaldes y gobernadores regionales que se celebrarán en octubre del próximo año, bajo sufragio universal y con el mismo sistema de proporción correspondiente.
Este órgano será el encargado de redactar la nueva Carta Fundamental, no afectando las competencias y atribuciones de los demás órganos y poderes del Estado, y se disolverá una vez cumplida la tarea.
Una vez redactada la nueva Constitución, el texto será sometido a un plebiscito ratificatorio, el que se realizará mediante sufragio universal obligatorio y, finalmente, el Congreso volverá a votarlo.
Este histórico acuerdo llega a 28 días del estallido social en Chile que se desencadenó por el alza en las tarifas del Metro y días después de que el presidente Sebastián Piñera llamara a un «acuerdo por la paz» tras las violentas protestas que dejaron un balance de al menos 22 muertos y más de dos mil 200 heridos.
El presidente del Senado destacó que se trata de una «salida pacífica y democrática de la crisis», que «es una victoria de toda la ciudadanía» y que se trata de una salida institucional «cuyo objetivo es buscar la paz y la justicia social», citó el diario La Tercera.