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El Gobierno de México, la Unicef y los procuradores estadounidenses demócratas han señalado estar en contra de la medida aplicada por la administración de Trump.
La separación de niños migrantes de sus padres y su “resguardo” en zonas enmalladas continúa generando condenas de parte de líderes y organismos.
Por un lado, el Gobierno de México presentó el caso en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde reiteró su respeto por las decisiones soberanas de cada país, pero se mostró en contra de la criminalización de los migrantes y condenó el trato a los hijos de ellos.
La delegada mexicana ante ese organismo afirmó que la separación de los menores de sus padres “no se ajusta a los estándares de derechos humanos ni respetan el principio del interés superior del niño, por lo que deben ser abandonadas».
Unicef también alza la voz
Mediante un comunicado, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, condenó la medida y recriminó el trato que se le da a los niños.
«Parte el corazón ver cómo niños, algunos de ellos bebés, y que buscaban refugio en Estados Unidos, son separados de sus padres».
“Los niños, sin tener en cuenta de dónde vienen o cuál es su estatus migratorio son niños antes que nada. Los que no tuvieron otra opción que huir de sus hogares tienen el derecho a ser protegidos, tener acceso a los servicios esenciales y estar con sus familias, como cualquier otro niño», recalcó Fore.
Procuradores demócratas también rechazan la medida
Un conjunto de titulares de las áreas de Justicia de varios estados de Estados Unidos emitió un documento en el que exigen el fin de la política de “tolerancia cero” en materia migratoria.
Además critican específicamente el daño causado a los niños migrantes, calificando la acción como inmoral.
Dicha misiva fue firmada por 21 funcionarios y fue dirigida al secretario de Justicia Jeff Sessions y la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen.
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