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Gina Haspel, quien fue seleccionada por el presidente estadounidense Donald Trump para dirigir la CIA, se enfrentará este miércoles a su prueba de fuego en el Senado, ante el cual prometerá no revivir los programas de tortura aplicados por la agencia tras los atentados del 11 de septiembre.
Este evento cobra importancia porque, Haspel, hasta este momento subdirectora de la CIA, realizó durante tres décadas operaciones encubiertas bajo el auspicio de la agencia, entre ellas, la dirección de una prisión secreta en Tailandia, en 2002, donde los detenidos sospechosos de pertenecer a Al Qaida eran torturados.
Como parte del programa de torturas, que estuvo vigente entre 2001 y 2005, la CIA trasladó a los detenidos a lugares secretos en todo el mundo, y sometió a algunos a golpizas, simulacros de ahogamiento y altos niveles de estrés.
Sobre esta etapa, Haspel ha sido acusada de destruir videos que mostraban las prácticas de tortura.
“Entiendo que mucha gente en todo el país quiere saber mi opinión sobre el antiguo programa de detenciones e interrogatorios de la CIA”, señalará la funcionaria, según extractos del testimonio que dará este miércoles durante una audiencia de confirmación ante el Comité de Inteligencia del Senado, esto de acuerdo con la agencia noticiosa AFP.
«Habiendo servido en ese tiempo convulso, puedo ofrecer mi compromiso personal, claro y sin reserva, de que bajo mi liderazgo en la CIA no se restablecerá tal programa de detención e interrogatorios», deberá mencionar.
Cabe subrayar que Haspel cuenta con el completo respaldo de Donald Trump. Respecto a ella, esta semana el mandatario tuiteó “Mi muy respetada nominada para ser directora de la CIA, Gina Haspel, ha sido criticada porque fue demasiado dura con los terroristas”, ofreciendo un tono de ironía al motivo de los juicios hacia la misma.
Sin embargo, según establece la AFP, entre los 13 miembros de la comisión del Senado (siete republicanos y seis demócratas) varios son escépticos.
Por ejemplo, cuatro demócratas (Kamala Harris, Dianne Feinstein, Ron Wyden y Martin Heinrich) han solicitado a Dan Coats, el jefe de inteligencia nacional, que haga públicos todos los documentos clasificados relativos al rol de Haspel en los programas de interrogatorio de la CIA.
En cuanto a la postura de Trump, el mandatario, desde 2016, ha realizado declaraciones contradictorias sobre la tortura. La defiende a título personal, pero ha dejado a consideración de su secretario de Defensa, Jim Mattis, usarla y éste se opone a hacerlo.
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