De acuerdo con la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en Perú mueren anualmente 20 mil delfines y marsopas, lo que genera una situación de alerta ambiental.
«La CBI ha tomado el caso de Perú como una prioridad. El país tiene la responsabilidad de adoptar medidas urgentes de conservación para evitar la extinción de estas especies», detalló Aimée Leslie, titular del Programa Marino del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Perú).
La situación es, por tanto, crítica, ya que Perú se ubica en el primer sitio a nivel mundial en cuanto a captura accidental de cetáceos .
Por ello, la CBI exigió al Gobierno peruano a implementar medidas para atender la situación, en las cuales participen también los pescadores.
Entre las soluciones a esta problemática se encuentran la aplicación de tecnología, específicamente unos dispositivos conocidos como «pingers», los cuales emiten modulaciones acústicas que alejan a los delfines de las embarcaciones.
Otras medidas más extremas pueden ser la veda temporal a la pesca en ciertas áreas.