COVID-19 y la privacidad: el dilema de vigilar a la gente

En medio de esta pandemia global, que ha tocado la mayoría de los rincones del planeta, surge un nuevo reto: el cuidado de la información personal.

Y es que, con el objetivo de monitorear y contener la enfermedad, algunos lugares se enfrentan al dilema de monitorear a sus ciudadanos o respetar su privacidad.

 

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Esto, porque los científicos consideran que es vital poder rastrear las infecciones, a fin de estar en condiciones de rastrear cuarentenas.

 

¿Inmunidad?

Aunque investigadores creen que los cientos de miles de personas que se han recuperado del virus podrían tener un tipo de inmunidad, no saben por cuánto tiempo la tendrán.

“El virus no se irá. Si fijamos una fecha, volverá a diseminarse”, declaró Tom Frieden, experto en enfermedades infecciosas.

Es por eso que, opina, hay que tener mucho cuidado antes de decidir cómo o cuándo se levantará la cuarentena.

 

Gobiernos, ¿un nuevo Big Brother?

Existen varias medidas que están aplicando algunas naciones para llevar un control del virus.

Entre los que aplican sistemas para seguir los pasos de las personas infectadas y no infectadas están:

  • China.
  • Corea del Sur.
  • Singapur.

Hay otros que analizan el uso de sistemas de videovigilancia, ya sea por medio de GPS o informes médicos, entre ellos:

  • Israel.
  • Alemania.
  • Reino Unido.
  • Italia.
  • Entre otros países.

Además, el gobierno estadounidense considera la posibilidad de emitir certificados de inmunidad.

¿En qué consisten estos certificados? En dar permisos a personas cuyos análisis de sangre indiquen que desarrollaron anticuerpos para combatir el virus.

 

¿Qué hacen las empresas de tecnología?

Existen algunas compañías que ya trabajan para alertar sobre el virus en las calles.

Se trata de Google y Apple, que colaboran para crear tecnología para celulares que alerte sobre si las personas se sentaron en una banca o estuvieron en una tienda donde después se detecte el virus.

A diferencia de otros métodos más invasivos usados por algunos gobiernos, estas empresas plantean un modelo que cuida la privacidad personal.

Esto, pues usan modelos para detectar la proximidad física y teclas codificadas.

 

Pérdida de privacidad y sus consecuencias

El limitar la propagación del virus sin restringir la libertad de la gente es todo un desafío.

Esto, porque es común que la información recabada sea retenida de forma indefinida y esté disponible para la policía o hackers.

Abogados de la organización Proyecto sobre Vigilancia Gubernamental se han pronunciado preocupados por el uso que se le dé a estos datos.

“Si se colecta información relacionada con salud pública, se debe usar sólo con ese fin”, opina el abogado Jake Laperruque.

Al respecto, una investigadora de Human Rights Watch, Deborah Brown, menciona que es común que las ‘medidas de emergencia’ sigan vigentes luego de que caduca el periodo previsto inicialmente.

 

 

Además, existen otro tipo de cosas que se deben tener en cuenta, como:

  • ¿Quién recabará y corroborará la información?
  • ¿Cuánto tiempo será retenida?
  • ¿La gente usará voluntariamente esta aplicación para que sea efectiva?

Sin contar que el monitoreo de la ubicación de celulares y datos del GPS dan información adicional. Entre lo que destaca_

  • Contactos.
  • Relaciones interpersonales.
  • Creencias religiosas y políticas.

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