Un ataque con armas químicas en Siria ocurrido ayer, dejó un saldo fatal de más de 80 víctimas, la mayoría de ellos eran niños y mujeres.
El ataque fue lanzado directamente contra la ciudad de Duma, uno de los últimos lugares con presencia de rebeldes sirios, la cual se ubica en la zona de Goutha Oriental.
Aunque ha negado su responsabilidad en el hecho, activistas ha atribuido este ataque al propio Gobierno de Siria y a sus aliados, Rusia e Irán.
De acuerdo con los “Cascos Blancos”, grupo de defensa y rescate civil de Siria, un helicóptero militar sirio arrojó un barril con gas sarín y gas cloro.
El régimen sirio señaló que las acusaciones en su contra son falsas y fabricadas por los rebeldes, para evitar la ofensiva contra el último bastión de los opositores.
Rusia, por su parte, declaró a través de su cancillería que “el objetivo de estas falsas conjeturas, totalmente infundadas, es proteger a los terroristas y a la oposición radical, intransigente, que rechaza una solución política y, al mismo tiempo, intentar justificar posibles ataques militares desde el exterior”.
Este posicionamiento contrasta con la postura de Estados Unidos, ya que Donald Trump acusó a Rusia y a Irán de “respaldar al animal de Bashar al Assad”.